Con nuestros propios juicios nos limitamos, nos ponemos barreras o simplemente creamos un problema allá donde no lo había, con nuestras interpretaciones de la realidad.
Es práctico distinguir entre la "exigencia" y la "excelencia".
Me exijo hacer algo, ser de una determinada manera, tener un nivel profesional, etc..viviendo, por tanto, en tensión y culpándome de no hacer lo suficiente. Es la exigencia.
O desde la excelencia, permitiendo que esa "llamada ancestral a la vida", su energía, sabiduría, amor, se manifiesten en mi de la mejor manera posible en cada momento, con gozo y satisfacción de saber que estoy dando lo mejor en cada momento.
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