¿Qué no ibas a poder aceptar si supieses que todo cuanto sucede, todo acontecimiento, pasado, presente y por venir, ha sido planeado con el único propósito de tu bien?
Desde esta creencia, sabiendo que todo lo que la vida nos presenta lleva en sí un aprendizaje, una posibilidad de mejorar, nos animamos a cambiar la forma en que decidimos ver o interpretar lo que está sucediendo. Desde esta nueva mirada descubrimos el regalo que estaba oculto tras las apariencias.
Y es que avanzamos gracias a las resistencias que encontramos, de la misma forma que una bici avanza gracias a la resistencia que el suelo ofrece a la rueda.
Hoy, decido ver el bien y sólo el bien en lo que la vida me presenta.
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