Preguntas

A veces damos indicaciones y terminamos nuestra exposición preguntando "¿Me has entendido?". La respuesta, a menudo, suele ser "sí".
La sorpresa llega cuando ves que la persona está actuando sin tener en cuenta lo que has dicho un poco antes. Piensas que no te ha entendido, que no te quiere hacer caso, que no pone atención a las indicaciones o que no está motivado, etc..., con el consiguiente deterioro de la confianza y de la relación.
Este tipo de "preguntas cerradas" que se responden con un "sí" o un "no", tienen como alternativa las "preguntas abiertas". 
En este mismo caso, tras dar las explicaciones preguntamos : "Dime, por favor, ¿qué has entendido?", con lo que la persona contará lo que ha comprendido, abriendo así la posibilidad de rectificar, clarificar o precisar, haciendo la comunicación más efectiva.
Beneficios de las preguntas abiertas:
1.- Disminuye la probabilidad de malentendidos, así como los efectos que puedan tener en las siguientes fases del proceso de trabajo.
2.- Aumenta la atención. La próxima vez que reciba instrucciones, esta persona estará atenta ante la posible pregunta posterior.
3.- La comunicación se hace más efectiva y con ella construimos confianza.
4.- Si tiene otro punto de vista podrá ser expresado y tenido en cuenta aumentando su nivel de autonomía. 
(Autonomía = competencia + responsabilidad). Ser más autónomo implica ser más competente y más responsable.
La próxima vez que veamos personas "desmotivadas", revisemos cómo son nuestras preguntas y qué margen de maniobra ofrecemos.