Desde la Carencia, el ser humano busca aferrarse y apropiarse de algo que percibe como “bueno” para él.
Desde el Anhelo, por el contrario, lo que se da es el impulso a vivir y a expresar la propia identidad profunda, nuestra plenitud que se desborda.
Es decir, la carencia atrapa, el Anhelo expresa y ofrece.
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