Cuando frenamos nuestro deseo de dar que nace espontáneamente de nuestro interior, de nuestra apertura y compromiso con la vida, aumentamos nuestra sensación de pobreza interior y nuestra creencia de que estamos vacíos y de que no tenemos nada que dar. Quien se siente vacío no da nada. Te sentirás pleno solo cuando desees dar.
¡¡Que disfrutes de estos días, en la forma y condición que sea!!
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