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lunes, 11 de marzo de 2013

70 veces 7

Este el mensaje que aprendimos de pequeños sobre el perdón. 
¿Cuántas veces he de perdonar?. Hasta 70 veces 7….
Y esta frase la podemos tomar como "un mandato", es decir, "debemos" perdonar o bien como una manera de vivir en paz y en plenitud.
La diferencia es radical. ¡El perdón no se impone ni se ordena, se desea y se busca!
Si lo vivo como un mandato, hay una parte de mí que se rebela ante la "imposición moral". Se activa la creencia de que esas normas son "ideales" a los que tender…por lo tanto, de una manera sutil me doy permiso para incumplirlos.
Si, por contra, lo vivo como una actitud ante la vida, hago del perdón un medio de aprendizaje, de crecimiento y de resolución de las situaciones que vivo.
Ocurre en las empresas, en las relaciones, en la familia. Juzgamos las conductas y luego a las personas, las etiquetamos, nos callamos nuestros juicios por llevarnos bien, generamos un ligero resentimiento en nuestro interior. Un resentimiento que se activará en la próxima ocasión que se dé una situación similar. Y en nuestro fuero interno saltará la pregunta ¿cuántas veces tengo que aguantar esto?.
El perdón, no como mandato sino como medio, nos propone : 
1º Tomar conciencia de nuestro juicio e interpretación y del proceso -emociones y acciones- que desencadena.
2º Reconocer que esta interpretación es solo eso, una interpretación de la realidad. 
3º Ser conscientes de que lo que nos hace daño es nuestra interpretación de los hechos y no los hechos en sí mismos.
4º Dejar a un lado esa interpretación, perdonar nuestro juicio, y centrarnos en la solución. ¿De qué me sirve tener razón si no tengo la solución? ¿Qué es lo realmente importante? ¿Qué otros factores no estoy teniendo en cuenta? ¿Desde qué otro punto de vista puedo verlo?
5º Abrir la conversación con la otra persona, mostrar los hechos y sus consecuencias, preguntar y escuchar para comprender y avanzar hacia una solución compartida en la que cada parte ha podido expresarse sin guardar resentimientos que pudieran seguir dañando la relación.

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