Se nos han abierto dos frentes, uno fuera (mercado y financiación) y otro dentro (relaciones interna y modos de afrontar juntos). Ambos nos reclaman energía y atención, y es quizá el interno en el que menos competentes nos sentimos y más nos cuesta dirigir.
Nos paraliza la incertidumbre. Estamos encogidos esperando una señal positiva en el exterior. Sin embargo somos nosotros los que elegimos : o nos quedamos a la espera y seguimos haciendo más de lo mismo aunque sea en menor cantidad o nos replanteamos la empresa, sus mercados, productos, estructura, etc..
Si mi mercado se reduce ¿qué hacer?. ¿Acaso han desaparecido las necesidades en este mundo?
Volvamos a repensar la empresa, juntos, sabiendo que nos la jugamos todos, y estoy seguro de que, una vez más, encontraremos soluciones.
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