Era un contexto en el que parecía aplicable aquel dicho de que "el último en marcharse que apague la luz".
Sin embargo, seguía viendo necesidades y me decía, "donde hay una necesidad, hay una oportunidad", siempre que encuentre la manera de satisfacerla.
El siguiente paso era preguntarme "¿qué necesidades son las que más me tocan? ¿cuáles puedo y quiero satisfacer?"
Y una vez identificadas las necesidades que más me atraían, en mi caso aspectos relacionados con el desarrollo personal y profesional dentro de las empresas, llegaba al "¿cómo? ¿haciendo qué? ¿con qué recursos? ¿qué tengo que aprender?"
Así surgieron los proyectos y las nuevas actividades.
Hoy, en medio de esta crisis, aunque decaiga el empleo, las necesidades humanas, sociales y empresariales están ahí, siguen existiendo.
Pensemos en ellas y en cómo solucionarlas y encontraremos nuevas fuentes de actividad.
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