Las pruebas por las que pasamos son lecciones que aún no hemos aprendido que vuelven a presentarse de nuevo a fin de que donde antes tomamos una decisión errónea, podamos ahora tomar una decisión mejor.
La vida es más amable con este pensamiento. Los errores quedan subsanados tras una nueva decisión. Reconocemos nuestra vulnerabilidad como seres humanos y a la vez, nuestra capacidad de aprender y desarrollar una percepción cada vez más nítida que nos acerca a nuestra verdadera realidad.
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