La responsabilidad ante la vida nos aporta el poder necesario para llevar una vida digna.
Ayer mismo, se me presentó una situación inesperada y desagradable. En mi conversación con mi interlocutor me di cuenta de que iba a contestar poniendo la responsabilidad en otra persona –es que ella…- para así poder ir de "inocente". Y no, decidí no tapar mi responsabilidad con las acciones de otra persona. Al asumirla, me sentí mejor conmigo mismo y con más energía para limpiar y afrontar la situación.
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