Desde su más tierna infancia…la persona ve y experimenta sucesos que generaliza y convierte en creencias.
Las conclusiones así formadas no son pensadas; son más bien reacciones emocionales, actitudes ante la vida. No es que carezcan de lógica, pero su lógica es limitada y errónea. Con los años estas conclusiones y actitudes se hunden más y más en el inconsciente, moldeando hasta cierto punto la vida de la persona. A cada una de estas conclusiones les llamamos "imágenes".
Se podrá decir que también es posible tener una imagen positiva y sana. Esto es cierto hasta un determinado punto, porque allá donde no se ha producido una imagen falsa, todos los pensamientos y sentimientos están en movimiento, fluctuando; son dinámicos y relajados, son flexibles. Estos pensamientos, sentimientos y actitudes que no están conectados a una imagen, fluyen armoniosamente adaptándose espontáneamente y cambiando de acuerdo con la necesidad de cada situación. Por contra, los pensamientos y sentimientos que emanan de imágenes son estáticas y están congestionadas. No ceden ni cambian de acuerdo con las diferentes circunstancias.
"No temas el mal" Eva Pierrakos
Dicho de otra forma, las imágenes nos anclan –como estatuas de sal- a lo que creemos que somos, nos merecemos, podemos y somos capaces, confundiendo nuestro ser y todo su potencial con esas imágenes. Cuando no estamos pensando, sintiendo y actuando desde una imagen y los hacemos desde el "ser", las fuerzas de la vida, los pensamientos, sentimientos y actitudes fluyen y se adaptan a cada momento para contribuir de la mejor forma posible a esa situación.
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