Todos decimos querer abandonar ese trío tan familiar como fatal, miedo, dolor y culpa.
Sin embargo, nos cuesta dar el salto al otro lado, a la alegría, la plenitud y el amor.
¿Qué podemos hacer? ¿Qué tenemos que aprender?
Observar nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.
Decidir en favor de aquellos pensamientos que nos hacen sentir bien y en paz, que nos predisponen a actuar con amabilidad.
Visualizar ese nuevo estado de plenitud, alegría y amos, sentirlo reforzando así la decisión tomada.
Cuestionar los viejos hábitos, que no son mas que tendencias aprendidas, y como tales volverán cada vez con menor frecuencia.
Actuar en coherencia,
Celebrar los cambios hasta consolidar el nuevo hábito de pensar, sentir y vivir.
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