Estamos acostumbrados a vivir un mundo de dualidades, contraponiendo lo bueno y lo malo, el amor y el temor, la luz y la oscuridad, agradable y desagradable,.…
Mientras vivamos en este paradigma dualista no podremos lograr una felicidad sostenida ni sostenible porque cuanto más nos acerquemos a ella, más temeremos perderla y ante esta posibilidad, reaccionaremos limitando y poniendo control a nuestro deseo de felicidad auténtica.
La solución pasa por integrar la dualidad y hacerla "una" sacando la lección positiva de aquello aparentemente negativo.
En Europa estamos en crisis. El modelo anterior reventó. Sólo aprendiendo todos y todas del pasado seremos capaces de avanzar a un modelo de sociedad, de relaciones y de trabajo más justo, más realista y más responsable.
Que 2013 sea el año en el que aprendamos a ver siempre el bien tras las apariencias y resistencias, y el año en el que trabajemos para el bien compartido.
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