Decimos "sí" a muchas demandas de lo que nos rodea, queriendo agradar, ser útiles, lograr un empleo, etc.., y al hacerlo, puede que estemos pronunciando un "no" a nuestros deseos más auténticos, los que nacen desde lo más profundo de nuestro interior generando una frustración "sorda", apenas audible, que crece hasta tintar nuestro ánimo de insatisfacción que a su vez, como boomerang, se volverá contra los demás.
La tarea es sentir el impacto de este NO, reconocerlo y descubrir las causas y las creencias por las que no nos permitimos y limitamos nuestra plenitud para poder actuar sobre ellas.
¡Hoy diré sí, cuando es un sí auténtico, ese que nace desde el amor y no desde la carencia!
No hay comentarios:
Publicar un comentario