En nuestras relaciones, personales y profesionales, a veces nos encontramos con conflictos que no sabemos resolver, que tratamos de evitar o que esperamos se resuelvan por sí solos con un cambio de actitud de las demás personas.
Si en vez de rechazarlo o evitarlo, lo miramos de frente y vemos qué nos quiere decir, qué está faltando o sobrando por nuestra parte, encontraremos una oportunidad de aprender y crecer, de ejercer nuestra labor con mayor plenitud.
Quizá tengamos que asumir nuestra responsabilidad y ejercerla con autoridad. Quizá suponga dejar a un lado creencias que nos limitan.
¡Que hoy abracemos al conflicto y le permitamos que nos muestre eso que podemos aprender y mejorar!
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