Este pensamiento que desafía el funcionamiento habitual de nuestra sociedad y sin embargo es efectivo, muy efectivo.
Ayer me encontré envuelto en una conversación en la que mi interlocutor se quejaba de que muchas personas vivan quejándose de la crisis y de las actuaciones de los demás. Me di cuenta de que los dos estábamos cayendo en el mismo error : nos quejábamos de que otros se quejaran. ¡Qué paradoja!
Cuando me quejo, me siento víctima de la conducta ajena, me desanimo porque no puedo hacer nada para que los demás cambien, mi nivel de energía cae, pierdo la alegría de vivir.
Por contra, si ofrezco esperanza, si veo oportunidades de revisar y mejorar nuestras relaciones, nuestra sociedad, nuestras empresas,…entonces, me sentiré con posibilidades, recuperaré energía y trataré de encontrar soluciones, es decir, mi vida estará más llena de esperanza.
De la misma manera cuando muestro gratitud ante otra persona o ante la vida, soy el primero en recibirla. Doy gracias…y la emoción de la gratitud me llena, me siento agradecido. He dado y he recibido en el acto.
¡Que hoy demos todo lo que queremos recibir!
Pd. Gracias por estar ahí aún, después de este largo silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario