Me explico. A menudo, escuchamos a la gente decir que "soy creyente pero no practico". Disiento. Si realmente creyera mi comportamiento sería inevitablemente coherente con esa creencia. De las creencias vienen los estados de ánimo y de éstos, las actitudes ante la vida.
Si creyera real y profundamente, por ejemplo, que Dios es Amor, que fue quien creó las Leyes que rigen este universo,… ¿Qué temor podría anidar en mi?
Si vivo de otra manera es porque esa creencia no está enraizada en mi. Por tanto no soy aún creyente.
Sin embargo, puedo ser practicante e ir avanzando en una mayor comprensión de la vida a través de la práctica cotidiana, del trabajo, la observación y reflexión…que traen como fruto una mayor convicción sustentada en las experiencias vividas.
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