Sí, ¿quién sería yo sin ti?
Esta pregunta me sorprende tras algunas conversaciones. Al tomar conciencia de ella, el primer pensamiento y sentimiento es de gratitud.
Gracias por haberme ayudado a ver la vida desde otros puntos de vista, con otros ojos, otros intereses, otros valores y creencias.
Gracias por haberme sentido cuestionado, lo que me lleva a conocerme mejor y plantearme otras maneras de pensar, sentir y actuar.
Gracias por darme la oportunidad de exponerme ante ti y contrastar contigo mi forma de estar en la vida, en el trabajo y en las relaciones.
Gracias a ti que has alimentado mi vida, mi crecimiento, a veces con suavidad y otras sintiéndome sacudido.
Sí, sin ti, mi vida sería un terreno seco y árido.
Gracias por todo lo que me das y me permites aprender....
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