Aprendimos a tratar los efectos indeseados, los síntomas, eliminándolos o reduciendo su impacto. Sin embargo, si no buscamos al causa raíz de los efectos, estos se seguirán manifestando de una u otra forma.
A lo largo de la vida vamos reconociendo la ley de causa-efecto y aprendemos a buscar la causa de lo que nos sucede ya sea en nuestra salud, nuestras relaciones personales o profesionales, en nuestros negocios y en cualquier ámbito.
Si prestamos atención, comprobaremos que esa causa raíz es una carencia en la expresión de amor, tanto en el dar -y darnos- como en el recibir.
Observemos hoy qué hay detrás de los efectos que nos traen insatisfacción, frustración o dolor. ¿No son acaso estos un grito, una petición de amor?
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